En este bloque: “la hora del cuento”, teníamos que hacer una
actividad, que consistía en elegir una de las estrategias que habíamos visto en
clase: leer, narración con libro o cuenta cuentos y llevarla a la práctica.
He de decir que la estrategia que más me gusta y me llama la
atención es la del cuenta cuentos ya que me parece muy llamativa para los niños
y para quien la cuenta, pero también me parece la más difícil y compleja; así
que me decanté por la lectura, que ya la había practicado más veces y lo que
quería era perfeccionar la y saber cómo leer bien a los niños.
Para prepararnos bien la estrategia, no llevamos un libro a
casa, el mío fue: “Un papá a la medida”.
Primeramente me lo leí en voz baja y luego practiqué varias veces delante de un
espejo en voz alta, finalmente se lo leí a mi hermana. Después de tantas veces
haberlo leído, me lo acabé aprendiendo así pensé que ya lo había preparado lo
suficiente como para poder leerlo en clase y a la vez fijarme en las caras de
mis compañeras, que al fin y al cabo una buena maestra para leer un cuento en
lo que tiene que fijarse es en las caras de sus alumnos.
El lunes, cuando
llegamos a clase, lo primero que hicimos fue hacer grupos de tres y cada una de
nosotras teníamos que desarrollar la estrategia que habíamos elegido y
valorarnos a nosotras mismas nuestras estrategias, para poder ir corrigiendo
los fallos que teníamos y que nosotras mismas no apreciamos.
La primera vez que lo conté, al
principio tenía vergüenza, pero se me fue quitando poco a poco conforme iba
pasando las páginas. Al autoevaluarme, pienso que cada vez lo iba haciendo
mejor y corregir y mi gran fallo que todas me decían que era que pasaba las
páginas muy rápido.
Tuve la oportunidad de leer mi
cuento 4 en cuatro grupos diferentes y en cada uno me dijeron los siguientes fallos
y no solo fallo si no también lo que hacía bien:
1ª Vez:
Primero me dijeron lo que hacía
bien que era mirar a la cara a la vez que lo leía y esto era positivo porque
conseguía atraer la atención.
Luego me dijeron los siguientes
fallos:
Tenía que pasar las páginas más
lento porque no dejaba tiempo para apreciar bien las imágenes.
Tenía que leerlo más alto, ya que
había ruido en clase y apenas se me escuchaba.
Y por último tenía que señalas
las imágenes.
Teniendo en cuenta esta
valoración por parte de mis dos compañeras, fui a otro grupo y lo leí por
segunda vez, esta vez me dijeron:
Que tenía que abrir más el libro,
para poder ver mejor las imágenes.
Y que tenía que leer más alto. (Con
respecto a esto, hubo un momento de silencio en el salón de actos y me dio
mucha vergüenza así que baje el tono de mi voz), esto también me lo dijeron mis
compañeras y respecto a esto me dijeron que se me tenía que quitar la
vergüenza.
La tercera vez que lo conté pensé
venga a la tercera es la vencida, pero no, también tuve fallos y se repetían:
El primero fue que debía señalar
las imágenes y el segundo es el que se
repetía las anteriores veces que era el leerlo más alto.
A mi favor, me dijeron que pasaba
las páginas lentas y esto hacía que se viera bien las imágenes y que lo leía mirándolas.
Y por último, la cuarta vez, una
compañera, Rocío me dijo que la sorprendió como leía el cuento por mi forma de
ser, ya que entonaba bastante bien y que no se lo esperaba para nada.
Según estas valoraciones de mis
compañeras, he mejorado desde la primera vez que lo conté en clase, hasta la
última. Aunque en el aula tengo que tener muy presente el volumen de la voz, ya
que debe contarlo más alto para que los niños me escuchen bien. Lo que yo no
tenía tan claro es que cuando lo contara, pudiera mirar a todas más que al
libro, pero creo que esto no sucedió, ya que ninguna me lo dijo como una
valoración negativa.
Cuando cuente este cuento a los
niños, haré diferentes actividades y preguntas como por ejemplo ¿Cómo es
vuestra madre? ¿Y vuestro padre? ¿Os gusta esta con ellos? ¿Vuestros padres
también os leen cuentos cuando os vais a dormir? En definitiva, lo que me
gustaría hacer sería sacar la conversación de la amistad, la familia, el amor, la
ternura, para que ellos puedan dar su opinión del libro y así poder trabajar
estos temas.
Este libro, no se lo contaría a
niños que niños que no tiene padre o que a menudo no le ven, porque pueden
sentirse mal.
Respecto a mis compañeras, el que
más me gustó fue el de Rocío, que su estrategia era narración, su libro se
titulaba: “Adivina cuanto te quiero”, me
sorprendió mucho la manera en que lo narró, fue señalando los dibujos para
concretar aspectos que quería que nos fijáramos.
La estrategia que pocas eligieron
fue el cuenta cuentos, ya que apenas la eligieron dos o tres de clase y no tuve
la oportunidad de ver a ninguna de ellas y sí que me hubiera gustado.
Fue una actividad que me gusto
mucho y disfrute tanto al leer el cuento como a que me contaran o leyeran otros,
ya que te das cuenta de los errores que comenten las demás y tú misma aprendes
de ellos. Con esta actividad aprendí bastante.
Si es verdad que yo le leo
cuentos a mi hermana o a mis primos, pero casi siempre están a mi lado y están
viendo las imágenes, pocas veces se lo cuento teniéndoles en frente, por eso
mismo, no estoy tan acostumbrada a leer un cuento teniéndolo al revés para que
los niños puedan disfrutar. Pienso que en la manera en que se lo cuento a mis
primos y a mi hermana no es del todo correcta, ya que no les miro tanto a la
cara y no puedo apreciar bien sus gestos. Gracias a esta actividad, se que debo
contárselo teniéndoles en frente y cómo mejorar para que ellos y yo disfrutemos
más de la lectura.
Perfecto.
ResponderEliminarNo importa que leas este cuento en un aula donde haya niños que no tengan padre o que lo vean poco.
La búsqueda del padre es el argumento... el tema es cómo imaginamos las cosas, cómo las idealizamos y cómo son en realidad. Por eso puede servirte para hablar de muchas cosas...